Vuelta al cole
Septiembre llega con mochilas nuevas, nervios, ilusión y rutinas que se reactivan tras el verano. Para las familias con hijos con diabetes, uno de los grandes retos de la vuelta al cole es el comedor escolar. Asegurar que los niños disfruten de sus comidas de forma segura, equilibrada y sin sentirse diferentes es clave para su salud y bienestar.
1. Comunicación con el colegio y personal del comedor escolar
Antes de que empiecen las clases, conviene reunirse con el tutor, el personal de comedor y, si es posible, con el equipo directivo. Es importante que todos conozcan las necesidades del niño, sepan identificar síntomas de hipoglucemia (sudor, temblores, cansancio, irritabilidad) y de hiperglucemia (sed intensa, ganas frecuentes de orinar, dolor de cabeza). Además, el colegio debe saber cómo actuar: tener siempre disponible un zumo, azúcar o galletas para emergencias puede marcar la diferencia.
Un documento escrito con instrucciones claras (“plan individualizado de atención”) dará seguridad a todo el equipo educativo.
2. Menús adaptados y equilibrados
Lo ideal es que el comedor ofrezca una dieta variada y saludable. Pedir con antelación la planificación de menús ayuda a calcular la cantidad de hidratos de carbono de cada comida y a ajustar la insulina si es necesario. Si algún plato no se ajusta, se puede sustituir o complementar con alimentos que el niño lleve desde casa.
3. Educación y autonomía del niño
El comedor es una oportunidad para que el niño practique su autonomía. Según su edad, puede ir aprendiendo a:
- Reconocer cuándo medir la glucosa.
- Avisar si se encuentra mal.
- Saber que puede necesitar hidratos extra si tiene actividad física después de comer.
Este proceso debe ser progresivo, siempre con apoyo y supervisión.
4. Normalizar y no diferenciar
La integración es fundamental: el niño debe sentirse parte del grupo y no “el diferente”. Comer con sus compañeros, participar en excursiones o meriendas colectivas es esencial para su autoestima. Una pequeña charla adaptada a su clase (explicando qué es la diabetes y cómo pueden ayudar) suele ser muy positiva y fomenta la empatía.
5. Recursos prácticos para las familias
- Preparar una “caja de emergencia” en el cole con zumos, galletas o glucosa.
- Acordar con el monitor que el niño pueda repetir hidratos si tiene hambre o lo necesita tras una hipoglucemia.
- Mantener contacto directo (teléfono o grupo de mensajería) con el responsable del comedor.
- Revisar al final de la jornada cómo ha ido la comida: esto ayudará a ajustar rutinas poco a poco.
6. El valor de la red de apoyo
Asociaciones como Diabetes Zaragoza ofrecen orientación, talleres y espacios de encuentro con otras familias que viven las mismas experiencias. Compartir estrategias, resolver dudas y no sentirse solo en este camino hace que la vuelta al cole sea mucho más llevadera.
En conclusión: con planificación, comunicación y apoyo, los niños con diabetes pueden disfrutar del comedor escolar de forma segura, integradora y positiva. Y lo más importante: crecer con confianza y autonomía.

